LAS DIFERENCIAS empiezan a notarse entre un PRD que se adecúa a los nuevos tiempos, y un PRM que acusa contradicciones cada
vez mayores. Mientras el PRD realiza una convención ordenada, con un cuórum
cercano al 87%, todo coherencia y siguiendo un propósito común, se manifiesta
en sobria y oportuna reacción ante el trascendente acontecimiento nacional que
ha sido la muerte de doña René Klang Guzmán, el hipólito-abinaderismo hace agua
por proa, por popa, por babor y por estribor.
LA MANZANA DE LA DISCORDIA ahora es la
forma de escoger al candidato. Abinader está resuelto y decidido a que no irá a
una convención abierta, para evitar que se repita lo que él e Hipólito le
hicieron a Miguel en la “convención” de 2011 en que Hipólito, Luis y el PLD
tumbaron a Miguel, sólo por 60 mil de los 364 mil peledereformistas que la familia
perredeísta y el pueblo vieron sufragando en la convención del PRD.
UNA CONTRADICCIÓN al parecer insalvable es esta nueva
disputa entre Mejía y Abinader. Lo de Tony Peña o Chú Vásquez en la secretaría
general se puede acotejar de alguna manera. Pero lo del procedimiento para
elegir la candidatura es otra espuma. Ahí se decidirá quién será el candidato.
Luis sabe lo que le hizo a Miguel junto a Hipólito en la convención de 2011,
pero también recuerda que en el 2003 Fello, Esquea, Milagros, Rafael Abinader y
otros tuvieron que retirar sus precandidaturas cuando Hipólito les armó un
trompo, y no loco, con un padrón que montó con un sector del reformismo,
terminando “disputando” la nominación al flamante precandidato Frank Joseph
Thomén.
LA PUERCA TUERCE EL RABO, porque se entendía que
Luis prefería una votación abierta, escenario en el que se supone que tiene más
pegada que Hipo, pero él conoce muy bien –por la bellaquería que juntos le
hicieron a Miguel, hay que repetirlo para que no se olvide- las malamañas de
sus compañeros de andanzas.
OTRO TEMA de dificultades Abinader Vs.Hipólito
es el de la fecha de la Convención, pues como es sabido los estrategas de Mejía
están convencidos de que a Abinader le están insuflando popularidad inorgánica
y que más temprano que que tarde se va a desinflar, por lo que Hipólito volvió
a opinar ayer en Santiago que es prematuro hablar de escoger el candidato en lo
que queda de año.
JUAN BOLÍVAR DÍAZ, que asesora a Luis y le ha metido lápiz y todos los cálculos al tema (como su invento de Luis candidato-Hipólito líder, que el segundo no tragó) ha
insistido una y otra vez en que la “Convención” de la Divergencia debe hacerse
en este año. Por cierto, que ese destacado comentarista le debe a la historia y
al pueblo explicarle por qué nunca condenó ni ha condenado el fraude de la
convención del PRD en 2011, el más grande de ese tipo que se ha hecho en la
historia del país, en la que el oficialismo morado impuso al candidato opositor blanco,
en un hecho perpetrado ante los ojos de todo el país.
SILENCIO TOTAL, ha guardado Díaz Santana, sobre
cómo fue violada toda la normativa de ese proceso, incluyendo una resolución
del CEN, el Reglamento y la extensión del horario de votación
mediante el falseamiento de documentos, hecho también público, porque mientras
Esquea dijo por la radio, aún el audio está disponible, que extendió el horario de votación de manera
unilateral, pues quienes debían firmar una resolución en ese sentido estaban
fuera de la ciudad, pocos días después apareció una resolución “firmada” por
todos los que Esquea dijo que no podían firmar por estar ausentes (¡?). Juan le debe a Dios y a los hombres explicar por qué en su pretendido rol de cronista político nunca ha tocado esa cenagosa tecla, que algún día ha de ser debidamente explicada aunque caigan de sus altares sonadas santidades.
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