martes, 29 de abril de 2014

DECEPCIÓN. DESCRÉDITO ESTADÍSTICO. EL PULSO. NOBLEZA DÓNDE

LUIS DECEPCIONA. Luis Abinader desencanta a gente que lo consideró en algún momento expresión de un liderazgo político refrescante, capaz de hacer trascender su figura por práctica y teoría políticas lúcidas y creativas, y no por la altisonancia y virulencia del discurso. Capitán de empresas de una acaudalada familia, no es extraño escucharle repetir clichés del izquierdismo más anacrónico, fracasado y resentido de la fauna política. Su calificativo de “Paredón de la Democracia”  al Tribunal Superior Electoral (TSE) es la última pieza de las a veces cómicas peroratas del gran burgués metido a radical político.

DESCRÉDITO POR ESTADÍSTICA. Todo porque el sector de Luis Abinader, que trabaja para que La Convergencia supere al PRD, le lleva al TSE una y otra vez demandas que saben infundadas y por tanto rechazadas de antemano, sólo para argüir que por enésima vez fallan a favor del PRD y los perjudican a ellos por razones de influencia política.

SIEMPRE PIERDEN, porque todas sus demandas se basan en 4 pretensiones carentes de fundamento legal: 1) Que le aprobaran el juicio sumario, inconstitucional y por tanto ilegal, de su “comisión política” del 1 de junio 2012 en la que “expulsaron” a Miguel Vargas de la presidencia del PRD; 2) Que anulen el juicio disciplinario realizado en base al debido proceso contra Hipólito Mejía y compartes, por irrespeto a la convivencia civilizada en la organización, fomento del divisionismo, e insubordinación a la autoridad legal; 3) Que fueran anuladas las resoluciones de XXVII Convención Nacional Ordinaria, efectuada en apego a los Estatutos y concluida el 28 de febrero de 2010; y 4) Anular las resoluciones adoptadas con todas las de la ley por el Comité Ejecutivo Nacional del PRD, reunido el 1 de agosto 2013 en el coliseo de boxeo Teo Cruz.

EL PULSO. Pero mientras han pretendido anular el CEN del PRD, que pautó la XXX Convención Nacional en curso, el sector confrontador celebró una reunión paralela el mismo día y a la misma hora en el club Los Prados, montada como un gran pulso político y mediático versus la dirección institucional, y proclamando que “su” CEN era el legal y mayoritario, lo cual fue desmentido por ellos mismos cuando nunca más reivindicaron esa reunión ni su principal “resolución”, que fue la convocatoria de una “convención nacional” para el mes de octubre 2013.


NOBLEZA. Ese pulso contra la institucionalidad, que devino en mayúscula derrota, debió poner fin honorable a una lucha perdida en todos los escenarios, y dar paso a algún tipo de entendimiento o, en un gesto de nobleza, terminar aunque fuera en un buen rompimiento, ya que no pudieron ganar el mal pleito que lidiaron. 

HONOR. Todo lo contrario, en vez de asimilar sus derrotas en honorable continente y rectificar, el grupo cuya jefatura Luis Abinader comparte ha preferido responsabilizar a respetables instituciones como el TSE por el fracaso de sus desaciertos, mientras se revuelcan en el cieno de campañas infamantes, en un impotente reconocimiento de su derrota legal y política.



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