LOS DIVERGENTES QUEMAN LAS NAVES. El
grupo de figuras y ex dirigentes que decidió formar tienda aparte, luego de
perder las batallas legal, política y por el control orgánico del PRD,
finalmente acató las orientaciones de Juan Bolívar Díaz y Hugo Tolentino Dipp,
sus dos principales teóricos, de romper todo tipo de vínculos con el partido
blanco. Esta vez, como hacían con anterioridad en otros casos, no disputaron a
la dirección institucional la celebración del 5 de julio de 1961. Ni lo
mencionaron.
SORPRENDIERON. Fue tan así que alguna
gente que descuida el rigor de lo que dice o escribe, fue sorprendida propagando que “El PRD celebra dividido el 53 aniversario
de la llegada”, cuando los divergentes no celebraron la fecha.
ANOCHE EN NUEVA YORK. Anoche en la
reunión que celebran los lunes los subgrupos de Hipólito y Luis las cosas
quedaron bastante claras. Algunos quisieron darle la palabra a Héctor Guzmán
para que dijera el discurso de juramentación de la directiva divergente en la
Gran Manzana, pero Nefatalí Fuertes, que dirigía el acto, pidió que primero se
cantara el himno del PRD. Ahí mismo el jefe del grupo de Luis lo calló
diciéndole que ahí no se cantaría ningún himno de ningún PRD, que eso era La
Convergencia.
LUIS ELUDIS PÉREZ y dirigentes del grupo
que hace poco fue juramentado como directiva de los dos sub-grupos, dijeron que
ellos no aceptaban eso, que son perredeístas y que van para la Convención.
Nada, que no se cantó el himno del PRD pero quedaron en divergencia, y clara
es la línea de quemar las naves con respecto al PRD. Héctor Guzmán hizo de americano
feo. Todo confundido se paró para irse en medio de la discusión, pero terminó
quedándose.
CÁLCULO ARRIESGADO. Los dos sub-grupos de
Hipólito y Luis han hecho un cálculo arriesgado. Parten de que los partidos
“tradicionales” están desacreditados –con lo que tanto ese grupo ha
tenido que ver en el caso del PRD–, y asumen que el descrédito que pueda
corresponderle al PRD es un peso muerto con el que no quieren cargar.
SON CARA DURA. Los y las jefas
divergentes son descarados. Luego de ocupar los cargos y posiciones más
importantes del Estado, llevados allí por el PRD, pretenden ahora desacreditar
al partido del que tanto se aprovecharon. Son la generación fallida que con 50
y 60 años sorbiendo las mejores mieles del poder que les dio el PRD, no fueron
capaces de ayudar a José Francisco Peña Gómez a realizar su ideal de establecer
el gobierno compartido. Su aprovechamiento, confusiones y resentimientos nunca
estuvieron a la altura de la grandeza del líder.
CON PEÑA NO LES SALE. Queman las naves en
el PRD, pero intentan reivindicar a Peña Gómez, como si en 1996 los Abinader no
hubieran ido a las elecciones aliados a las fuerzas del Frente Patriótico que
cercenaron la última oportunidad de Peña de ser Presidente, y como si con su
fallido intento reeleccionista de la Constitución de 2002 (que sólo sirvió a la continuidad de Leonel), Hipólito no hubiera
traicionado la reforma constitucional antireeleccionista de 1994 del sacrificio
de Peña Gómez.
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