¡QUÉ MENSAJE! Miguel Vargas afirma que
las planchas unitarias votadas ayer por 130 de las 155 direcciones municipales del
PRD, envían a la Nación una señal
bien clara y bien fuerte de que el partido blanco es ahora una estructura
coherente, unida y disciplinada. Construir consensos en 130 de un universo de
155 grupos políticos, para casi un 85%, es ciertamente un claro indicio de que
alumbran buenas nuevas en el perredeísmo.
NUNCA, PERO NUNCA ANTES en el PRD, y
posiblemente en ningún otro partido político del país, se habían realizado
tantas elecciones simultáneas y en los distintos territorios del país. Es claro
que ya se empieza a ver de qué estaba hablando Miguel Vargas cuando postulaba adecuar
al partido blanco a los nuevos tiempos de cambios que recorren al mundo, a lo
que tan ferozmente se opusieron quienes llevaban entre 50 años y 60 años
concentrando en sus casas los cargos gubernamentales y los puestos de representación del
Estado, además de los puestos de dirección del partido.
ENTRA FAUSTO RUIZ. Por cierto que ese mensaje Miguel lo dijo esta tarde en el acto en que Fausto Ruiz, prestante vegano y dirigente nacional, pionero del municipalismo y hombre conceptuoso, pasó a respaldar el proceso institucional que desarrolla el PRD. Recientemente Fausto había recibido a Miguel en su residencia. Pero el acto de esta tarde en la casa nacional, con cientos de dirigentes de su equipo político, fue un palo no menos largo que la celebrada convención unitaria de ayer en el DN, con Alfredo Pacheco y Alejandro Barón a la cabeza.
¡FUÍQUITI! El nuevo sueldo del honorable
alcalde del DN, don Roberto Salcedo, es de 265 mil 500 PESOS, fuere como estaba
antes o agregándole los beneficios, establece un contraste sideral con el salario
promedio del criollo, que anda por los 10 mil. No es que sea alto el estipendio del
honorable. Es lo injustamente maldita que es la brecha entre los de arriba
frente a los de abajo, y los del medio. Ese es el punto que escandaliza e
irrita.
EEDDY OLIVARES, el juez de la Junta
Central Electoral, sigue actuando en desafío abierto al tribunal al que pertenece y al comedimiento que
se espera de un magistrado de su investidura. Ahora coincide con reclamos de La
Divergencia que lidera su dos veces compadre Hipólito Mejía. Arremete de nuevo
contra la JCE porque, igual que hizo en el Congreso electivo del PLD, no supervisa la convención electiva del PRD. ¿El motivo? Que ese tipo de
supervisión debe ser solicitada por las direcciones de los partidos. Lo contrario sería una fea intromisión de la JCE en la autonomía de las formaciones políticas?
Eso sí que no estaría bien.
EN LA DIVISIÓN DEL PRD está explicada la
conducta de don Eddy. El liderazgo del grupo divisionista estaba posesionado de
la idea de que democracia es hacer lo que a cada cual le venga en ganas. Pruebas
al canto. Sabiendo perdida la convención de 2011 metieron a medio PLD en la
elección interna del PRD –en un hecho público y en violación a las normas
establecidas.
MALAMAÑA VIEJA. Ya antes, en 2003, advertidos de que también
en aquella ocasión tenían perdida la convención, hicieron diabluras que
obligaron a los demás precandidatos (Fello, Milagros, Esquea, etc.), a
retirarse. De esos datos de la
realidad, tan reñidos con la conducta democrática, parece venirle
a don Eddy la inspiración de sus perniciosos influjos de desacatamiento.
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