miércoles, 20 de agosto de 2014

Cristina abanica el primero. DM, mal interpretado. Del inside danilista. Leonel, la antorcha


CRISTINA ABANICA AL PRIMERO. La nueva presidenta del Senado declaró ayer que la aprobación de los proyectos de leyes del Régimen Electoral y de Partidos Políticos es responsabilidad de las cúpulas partidarias. Su antecesor y secretario general PLD, Reinaldo Pared, dejó eso más adelantado, pues con bastante gallardía estableció que el sueño que duermen ambas piezas es responsabilidad exclusiva de los líderes morados. Ojalá que este mal swing de doña Cristina Lizardo, que la puso a abanicar el primer strike, sea sólo por su inexperiencia como cuarto bate del primer poder responsable de la institucionalidad del país. 

MAL INTERPRETADO, por peledeístas y por periodistas, fue el presidente Danilo Medina en sus declaraciones de ayer. Ningún, ningún. No es cierto que dejara abierto espacio alguno a la posibilidad de reformar la Constitución y buscar la reelección. El anuncio de que atenderá a los plazos del calendario electoral, lo deja sin timming para montar una reforma constitucional, lanzar un proyecto reeleccionista y meterle control de daño a las fracturas que se producirán en su partido y los desencantos afuera. 

NI SINVERGUENZA NI LOCO.  Además, sólo a un sinverguenza o a un loco se le ocurre ponerse a decir ante todo el país que sus tres tesoros de hijas no quieren la reelección, para luego salir con que va. Y Danilo no ha dado la menor pista de ser un sirvengueza, y mucho menos un loco. Todo lo contrario. Lo que sabe tu´el mundazo es que si se descarta desde ahora, lo dejan tuche, y más solo que el obelisco macho a la una de la tarde. 


DEL IN SIDE DANILISTA hemos oído versiones de que al analizar el tema entre colaboradores íntimos, Medina puntualiza que no tiene por qué exponerse a los traumas que ocasionaría esa malaventura, y hace el siguiente cotejo: A esa reforma se va a oponer Miguel Vargas, que tiene la mayoría de votos opositores y ha sido coherente en rechazar la reelección. Quizás Leonel se desentienda, “no se opondría”, pero la mayoría de sus legisladores, sí. Hipólito y Luis también se opondrían. Y sintetiza con lógica clara del montañoso Arroyo Cano: Miguel, Leonel, Hipólito y Luis, quieren ser presidente en 2016 ¿me van a dar sus votos para que yo repita? Él sabe que eso se arregla en el Congreso, pero también recuerda a los 11 legisladores del PLD que fueron expulsados por dejarse persuadir para apoyar la contrarreforma de Hipólito,y está viendo cómo finalmente aquellos polvos de la fallida reelección de 2004, terminaron cuajando el lodo de la división del PRD.

UNA ANDANADA DE MISILES, han lazado seguidores del ex presidente Leonel Fernández, ansiosamente ganados por la versión  de que Danilo abrió la posibilidad de intentar la reelección. Hasta “descubrieron” que para inventar con la reelección el mandatario tendría que reformar la Constitución, lo que a juicio del senador Carlos Castillo, de Ocoa, “produciría un rompimiento y una crisis dentro del partido”.

LEONEL ES MÁS DELICADO. Hablando del tema recientemente, el presidente del PLD fue más cuidadoso que sus seguidores. Dijo que él no se opondría a una eventual repostulación del mandatario. Aunque mal interpretado también, fue en ese contexto que usó la expresión de que “la antorcha del liderato no se arrebata”. Ha sido su criterio desde que buscó la reelección en 2008. Hay testimonios de danilistas que en 2007 le reclamaron a Leonel que ya era tiempo de Danilo, a lo que entonces respondía exactamente lo mismo que dijo ahora a propósito de la posibilidad de una repostulación presidencial: “la antorcha del liderato no se arrebata”.

POR BOSCH Y BALAGUER. A quienes así habló les decía allá por 2007 que él estaba en la presidencia como heredero de Bosch y Balaguer, los dos líderes más importantes que -a su entender- había tenido el país en los últimos años, y que no era verdad que se iba a dejar arrebatar la antorcha. Gente que lo vio enantes y que lo vio entonces, cuenta que en esa época fue que se metamorfoseó de le professeur a tremenda fiera política. 


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